Al menos desde el año 2000, las empresas han puesto el foco en las transformaciones digitales coordinando, automatizando y subcontratando la actividad productiva.
Las arquitecturas de servidores de clientes han reemplazado a los mainframes, rediseñando las cadenas de suministro y fomentando la descentralización. Los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP) y de gestión de las relaciones con los clientes (CRM) han automatizado los procesos de back office y front office. Los cambios a la nube y los modelos SaaS han cambiado la evolución del software, surgiendo la economía de alquilar frente a ser propietario. El aprendizaje automático y la inteligencia artificial recursos descubren patrones que impulsan nuevos productos y servicios.
Algunos de estos cambios fueron tan sencillos como convertir procesos de analógico a digital. En otros casos, las empresas cambiaron la forma en que trabajaban o lo que hacían.
Sin embargo, en medio de toda esta transformación, algo ha cambiado: dónde y cómo las empresas crean valor. Cada vez más, la creación de valor proviene de fuera de la empresa, no de dentro, y de socios externos en lugar de empleados internos. Llamamos a este nuevo modelo de negocio una “empresa invertida”, un cambio en la estructura organizacional que afecta a la tecnología pero también al gobierno gerencial que la acompaña.
Los ejemplos más obvios de esta tendencia son las empresas de plataformas Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft. Todas ellas han logrado economías de escala en los ingresos impensables en el siglo pasado.
En el pasado, los altos ingresos por empleado evidenciaban operaciones altamente automatizadas o intensivas en capital. Sin embargo, las empresas invertidas están logrando una capitalización de mercado mucho mayor por empleado, no mediante la automatización, sino mediante la coordinación de la cadena de valor tecnológica.
La transformación digital de mayor valor proviene de la inversión de la empresa, es decir, pasar del valor que crea la empresa por sí sola al valor que ayuda a orquestar. Cultivar una plataforma exitosa significa proporcionar las herramientas tecnológicas y el mercado para ayudar a los socios a crecer.
Tradicionalmente el valor de la empresa solía estar ligado a los activos tangibles, pero ya no es así. En la actualidad el 90% de la valoración de las grandes empresas reside en sus activos intangibles (fondo de comercio, valor de marca, propiedad intelectual…)
Entre las empresas invertidas, los efectos de red que surgen cuando los socios crean valor entre sí son una fuente importante de crecimiento de los activos intangibles. Agregar la capacidad de coordinar la creación y el intercambio de valor, de usuario a usuario, de socio a socio y de socio a usuario, es una forma en que las empresas tradicionales se transforman. También proporciona medios para escalar.
Sin duda, estos nuevos modelos de negocio conllevan riesgos de interferencia externa y negligencia de los socios. Si los socios son parte de la propuesta de valor, entonces una marca puede sufrir cuando esa propuesta falla.
La transformación digital de un modelo de negocio tiene una serie de implicaciones importantes. Quizá la más relevante es que probablemente que existan múltiples lagunas en el conjunto de habilidades de una organización con respecto a la orquestación del valor de terceros. La adopción de tecnología digital por sí sola no transformará una estructura organizativa interna en una que funcione externamente. Los ejecutivos deben comprender y emprender la gestión de relaciones con socios, la gestión de datos de socios, la gestión de productos de socios, el gobierno y la estrategia de plataformas. Deben aprender a motivar a personas que no conocen para que compartan ideas que no tienen. De hecho, las empresas que solo miran hacia adentro serán las que no logren avanzar.
¡Hasta una próxima entrega!
Jorge Sanz
SDL de ideox
El autor es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, en la especialidad de Economía Cuantitativa (Econometría) por la UAM. Es licenciado en Marketing e Investigación de Mercados por la UAM, experto en Marketing Relacional y Comercio Electrónico por ICEMD- ESIC. Ha realizado, además, un Advanced Management Program (programa avanzado de alta dirección) por el Instituto de Empresa (IE Business School).
Es socio de la firma The Worldgate Group y Senior Discovery Leader (SDL) de ideox, firma de asesoramiento estratégico especializada en la transformación de modelos de negocio. En su rol de SDL lidera la práctica de transformación estratégica de esta firma.