Comercio Social: Un buen legado de la pandemia
Autoras: Karil Taveras Caputo | Inés Tazón
Te voy a contar una situación y luego, me comentas si te sientes identificado o no. Estás navegando en Instagram y haces clic en una imagen de ropa y accesorios y tras un rato, acabas comprando una cartera de una marca de alta gama. ¡Sin salir de Instagram! adquieres directamente el producto de la marca y ha sido realmente rápido y fácil.
Se está demostrando que las ventas y los followers se retroalimentan y así lo avalan los casos de gigantes del ecommerce como JustFab, Flipkart, eBay o Rakuten. En valores, en ventas y en fans, estas empresas poseen cifras millonarias.
El comercio social se está erigiendo como una herramienta de gran valor que no todos los players están sabiendo utilizar con éxito. Así lo avalan los datos de un estudio de Social Media Today: el 45% de los consumidores digitales utilizan redes sociales a través de sus dispositivos móviles para tomar decisiones de compra. Se ejemplifica así una evolución en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones, que ya no se limitan a usar las redes para informarse sino que investigan activamente en sus perfiles sociales, siendo menos impulsivos en la compra de productos.
Pero, ¿Cómo se lleva a cabo el comercio electrónico social? Se puede definir como el proceso de compra de un producto o de un servicio a una empresa dentro de la experiencia nativa de las redes sociales.
Esto ya era tendencia consolidada en otros mercados mucho más avanzados que el nuestro, pero que con los cambios de patrones de compra y consumo promovidos por el nuevo estilo de vida a raíz de la pandemia, se vuelve tendencia y nos aparece como opción ya en RD.
Entendemos que muchos pequeños comercios de nuestro entorno, aún no han experimentado con este sistema, dejando campo abierto a que sus clientes prueben el servicio de forma primero pasiva y luego muy activa. Sin embargo, se corre el riesgo de perder para siempre a sus consumidores otrora leales.
Estudios publicados a mediados del 2020, ya revelaban que el 68% de los consumidores globales mostraban una alta tendencia a cambiar sus marcas preferidas de siempre por haber sido seducidos por este tipo de experiencia de compras en línea, más fáciles, más ágiles y más a la medida del gusto y preferencia de estos espectadores activos.
La realidad es que pasamos más de la mitad del día con el smartphone en nuestras manos. Paseamos de manera distraída por nuestras redes sociales y vamos dejando rastros… esas pequeñas migajas suponen una traza o una ruta de nuestro ADN de consumidor. Y esto es aprovechado por las grandes del big data, para analizar nuestro nuevo y modificado comportamiento y poder acertar a la hora de postear contenido personalizado para nuestros sentidos.
¿Recuerdan el famoso documental The Social Dilema? En él se explica con claridad cómo estamos siendo monitoreados de forma permanente y cómo; gracias a nuestra complicidad al otorgar deliberada y gratuitamente información de valor de nuestros patrones de consumo, intereses y deseos; somos bombardeados con contenido que se ajusta a nuestras inclinaciones y es ahí donde radica el poder de este nuevo y agresivo enfoque de Social Commerce.
En RD ya se están dando pasos en ese sentido, por eso es muy importante que quienes ven esto como una opción para crecer su negocio a través de las redes sociales, se hagan asesorar en varios flancos:
Es importante acelerar el paso, si hemos de desear permanecer comercialmente activos, porque no estamos lejos del día en que casi todo lo que consumamos sea a través de comercios digitales y porque los hábitos ya han cambiado, por ejemplo, ya la mayoría hacemos nuestros pedidos vía plataformas de servicios de entrega, entrenamos de forma virtual en un gimnasio digital, gestionamos citas de todo tipo, incluidas las consultas médicas virtuales vía telemedicina y un sinfín de otras experiencias. Es por esto que es preciso diseñar la mejor forma de que podamos competir y de ser relevantes a nuestras audiencias cada vez más seducidas y atraídas por otros competidores nuestros.
Para esto no hay recetas mágicas, sino apostar por la formación para poder competir a futuro, garantizando la sostenibilidad de la empresa, del negocio y de la organización y también la tuya propia cuidando y velando por tu empleabilidad.