Desde hace unas semanas el nombre de Kanye West aparece en los titulares de medios de todo el mundo a raíz de unos comentarios antisemitas y por su admiración por el nazismo. Y aunque muchos se lleven las manos a la cabeza, no es nada nuevo que este rapero se asocie a escándalos, de hecho, sin menospreciar sus éxitos musicales, para el gran público su nombre siempre ha estado íntimamente vinculado con salidas de tono tanto en su vida profesional, como sobre todo en la vida privada.
Aun así; en los últimos años múltiples negocios de diversos sectores, han querido asociarse a su marca personal, pensando que pudiera traer beneficios. No tengo el dato de si se lograron económicos, pero sin lugar a dudas, no los ha habido reputacionales. Y así en el mes de octubre, Balenciaga, Adidas, Foot Locker, Gap… entre otras muchas empresas han cortado relaciones con el cantante de hip hop.
Con todo este panorama, muchos expertos se plantean dos grandes interrogantes:
- ¿Esas marcas no vieron el riesgo que entrañaba vincular el éxito de sus negocios a una marca personal de esas características?
- ¿Qué va a hacer Kanye West por salvar su marca personal?
A la primera pregunta, es obvio que no vieron ese riesgo y que si lo vieron no lo contemplaron como crítico. En mi opinión, cuando una marca empresarial busca asociarse con una marca persona, siempre es necesario hacer una auditoria de esta última. Esta auditoría ha de estar basada en una investigación sólida orientada tanto hacia los valores y hacia los territorios de marca que ese personaje representa, como hacia afuera, es decir, a hacia cómo lo van a interpretar los stakeholders de la organización.
Sobre la segunda pregunta, no creo que el ex de Kim Kardashian haga mucho, porque en los pilares básicos de su estrategia de marca personal están tanto el escándalo como la provocación. Y hasta ahora le ha funcionado. No obstante, hasta hace poco tiempo poseía una escuela, Academia Donda, donde se estudiaba moda y parkour, entre otras asignaturas. El uniforme era ropa firmada por West. Y sí, había niños matriculados.
Y aquí aparece la paradoja, el mismo enfoque de una marca personal puede suponer un fracaso o un éxito en función de lo que se busque con ella. En todo caso, la clave siempre reside en analizar en profundidad esa marca personal, los objetivos que se pretenden lograr con ella y los posibles riesgos para el negocio que quiera asociarse a ella.
¡Hasta una próxima entrega!
Inés Tazón
Senior Consultant de ideox
La autora ha trabajado en el mundo de la comunicación corporativa en distintas posiciones, instituciones públicas, organizaciones privadas, agencias y medios de comunicación.
Es experta en comunicación estratégica y reputación y en el desarrollo de contenidos para entornos digitales. Tiene un enfoque 360 en la gestión de proyectos de comunicación y marketing: la planificación, la ejecución y su evaluación mediante KPIs.
Actualmente es Senior Consultant de ideox, firma de asesoramiento estratégico especializada en la transformación de modelos de negocio. En su rol de SC lidera el equipo de marketing estratégico, comunicación corporativa y relaciones públicas.