Si alguna vez has tenido esa extraña sensación de que a pesar de tus logros, mostradas habilidades y muchos reconocimientos por tus metas, resultados e impacto en otros, crees que no mereces el éxito, te cuento que tiene nombre y se llama “El síndrome del Impostor”.
Quienes experimentan el síndrome del impostor suelen creer que sus logros son el resultado de la suerte, el engaño o que en cualquier momento serán descubiertos como «impostores».
Este es un fenómeno psicológico en el que una persona, a pesar de todo lo anteriormente mencionado y de mostrar habilidades para merecer todo lo que ha logrado en la vida, siente que todo esto ha sido producto de la suerte, de haber estado bajo líderes que le apreciaban o por cualquier suerte de causa fuera de su control.
Este sentimiento, una vez aparece y se instala, puede generar ansiedad, inseguridad y autocrítica excesiva, lo que suele afectar la auto confianza y la capacidad de ver en perspectiva todo lo relacionado con uno mismo, la carrera, los méritos y el porvenir, pudiendo generar un freno para avanzar en la carrera profesional.
Este síndrome es común en personas altamente competentes y perfeccionistas, y puede manifestarse en situaciones académicas, laborales o personales.
Combatirlo implica reconocer y aceptar tus logros y habilidades, comprender que es normal tener dudas en ocasiones y aprender a manejar la autocrítica de manera saludable, generando una auto conciencia y apoyo emocional, como componentes clave para superar este y cualquier tema relacionado con las emociones, permitiendo así que puedas desatar el potencial de avance, al nuevo nivel merecido, con confianza en tu carrera, tu preparación académica, tus planes y proyectos de desarrollo continuo.
¿Cómo se manifiesta, en esencia, el síndrome del impostor?
Típicamente aparece de la nada y es como una voz interior que te transmite mensajes que pueden hacer que vivas algunas de las siguientes experiencias desagradables:
1. Estar convencida/o que lo que has logrado o donde has llegado se debe a un golpe de suerte y no por tus habilidades o capacidades.
2. Interpretar tu autoestima a partir de como percibes tus propias habilidades.
3. Poner en pausa tu propio bienestar para realizar más trabajo que te haga sentir digna/o de eso que crees que los demás piensan de ti.
4. Sentir que necesitas un perfeccionismo perenne para producir un trabajo que genere satisfacción en quienes te rodean.
5. Estar convencido/a de que en cualquier momento, alguien se va a “dar cuenta” de que no eres tan competente como pareces ser o que estás en un puesto o lugar no merecido.
6. Dudar conscientemente de tus propias habilidades y no creer que hayas llegado hasta dónde estás por ellas o por tu valía.
7. Sentimiento de soledad o la necesidad de aislarte, para que nadie descubra tu “secreto”.
8. Experimentar el deterioro de tu salud mental como resultado del exceso de trabajo y el agotamiento.
Aunque el síndrome del impostor no está tipificado como un trastorno psicológico clínico, muchas personas lo padecen.
La expresión fue creada por Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, quienes trabajaron en una investigación más profunda sobre este tema, intercalando los hallazgos en las personas objeto del estudio y, por observación, determinar cómo afectaba el síndrome del impostor especialmente a las mujeres.
Una publicación de un artículo titulado “El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica (‘The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention’)” revelaba datos aun más interesantes para quienes buscaban en este tema una respuesta a sus más profundas inquietudes.
El estudio se basó en unas 150 mujeres de alto rendimiento que habían sido reconocidas formalmente por su excelencia profesional. Sin embargo, muchas de estas mujeres creían que su éxito se debía a la suerte o que sus logros eran exagerados.
Cabe destacar que existe una estrecha relación entre el Síndrome del Impostor y el “burnout” y es que cuando una persona con estas dudas termina creando un patrón de duda contínua sobre sus propias capacidades, lleva a cabo conductas de forma compulsiva en el intento de poner fin a su preocupación y estas se relacionan con exceso de trabajo, el perfeccionismo y la complacencia del entorno. Es ahí donde comienza la espiral hacia el burnout.
Unas cuantas historias que mostrarán el lado más vulnerable de estas personas de éxito…
Lady Gaga ha ganado 7 Billboard Music Awards y 2 American Music Awards. En los premios Grammy, Gaga tiene 11 premios y más de 10 nominaciones, y en los MTV Video Music Awards, 16. Como actriz también ha sido nominada a los premios Emmy y los Golden Globes, el cual ha ganado dos veces, sin embargo este ícono del pop, no es inmune al síndrome del impostor y ha sido de las primeras en su generación en admitirlo.
En su especial de HBO confesó: «A veces todavía me siento como una niña perdedora en el instituto y sólo tengo que levantarme cada mañana y decirme a mí misma que soy una superestrella, para poder pasar el día y ser para mis fans lo que necesitan que sea.»
Tan habitual es este síndrome que la mismísima Michelle Obama confesó hace un tiempo ser víctima de él.
Ella cuenta que siendo una veinteañera tenía un trabajo de alta responsabilidad: estaba a cargo del desafío de conseguir las mejores adquisiciones para una famosa cadena de restaurantes en Reino Unido. Era una enorme responsabilidad comercial que dependía, en gran parte, de sus habilidades negociadoras para conseguir los mejores negocios y cerrar contratos por miles de dólares.
En una entrevista para la famosa cadena de noticias BBC de Londres, contó que un día llegó dos minutos tarde a una reunión clave donde se iban a discutir los términos de un nuevo contrato.
«Uno de los abogados, que estaba sentado en el otro extremo de la mesa, levantó la vista y me dijo: ‘¡Gracias a Dios!, quisiera un café con un poco de leche y una cucharada de azúcar'», cuenta la empresaria, comprendiendo de inmediato que la había confundido con una asistente de la oficina.
Esa es la experiencia que vivió esta empresaria que la llevó entrar a esta espiral de pensamientos negativos, que inició con la batalla por los prejuicios que por varios años la habían hecho sentir que no merecía el lugar donde se encontraba.
Puede que te preguntes si has experimentado el síndrome del impostor en algún momento.
Imagina esto: estás en una reunión importante, rodeado de colegas talentosos, y de repente sientes que no deberías estar allí. Piensas que los demás son mucho más inteligentes y capaces que tú, y que solo estás «fingiendo» ser competente. Esto es precisamente lo que siente alguien que experimenta el síndrome del impostor. ¡Pero aquí hay buenas noticias! Puedes superarlo.
Nuestra experiencia en la materia se basa en años de vivencias en niveles ejecutivos, con compañeros que pasan a ser confidentes y que, en el ardor de la batalla empresarial, pueden mostrar sus vulnerabilidades de mil formas.
Te comparto esto en lo que por años fuimos entrenados en corporaciones que cuidan de la salud mental de sus directivos, conscientes de la importancia de este delicado balance para el bienestar de sus líderes, el impacto de estos en los colaboradores y por ende, en el resultado de los negocios.
Algunas técnicas para ayudarte a combatir el síndrome del impostor:
- Reconoce tus logros: Anota tus éxitos, grandes y pequeños. Reconocer tus logros te ayudará a recordar tus habilidades y capacidades reales.
- Habla de ello: Compartir tus sentimientos con amigos, familiares o un terapeuta puede ser liberador. A menudo, descubrirás que no estás solo en esto.
- Cambia tu diálogo interno: Practica el autocuidado y la autoafirmación. En lugar de decirte a ti mismo que eres un fraude, repite afirmaciones positivas sobre tu valía y habilidades.
- Establece metas realistas: Define metas alcanzables y celebra tus logros en el camino.
- Aprende a aceptar la imperfección: Entiende que todos cometen errores y que es parte del proceso de aprendizaje y crecimiento.
- Busca un mentor: Un mentor puede proporcionarte orientación y apoyo, además de recordarte que todos empezamos en algún lugar.
Algo más personal…
Quiero cerrar esta entrega compartiendo esta experiencia personal.
Por casi siete años fui ejecutiva de una importante corporación con presencia en más de 125 países. Nuestra casa matriz estaba basada en una competitiva ciudad de los Estados Unidos.
Gracias a los resultados de nuestro mercado fuimos invitados a tener un espacio trimestral en la mesa de resultados de la región, donde compartíamos con los líderes de los mercados más grandes de la región: USA y Canadá por ejemplo.
Hablo inglés, lo aprendí como segundo idioma, y mi natural estilo es de alto perfeccionismo, por lo que cada trimestre al preparar mis presentaciones para mostrar nuestros extraordinarios resultados, me asaltaba la misma duda “si tan solo pudiera presentar en español, sería genial porque soy más inteligente en español que en inglés” , me refería a mis habilidades de comunicación…
En una de estas reuniones, tuve la brillante idea de comenzar mi diálogo compartiendo este pensamiento… Este fue el último día que me acompañó ese pensamiento, pues al comentarlo con mis pares y representantes de otros niveles superiores presentes en la mesa, para sorpresa mía, comentaron no solo que me entendían a la perfección si no que los resultados de nuestro mercado hablaban por sí solos y alguien añadió que los latinos aprendemos inglés para que los anglos nos entiendan y que a la inversa eso escasamente ocurre…
Ya ves que el síndrome del impostor se puede manifestar de cualquier manera y puede afectar a cualquiera, desde estudiantes hasta profesionales experimentados. Lo importante es reconocerlo y tomar medidas para combatirlo. Tu éxito merece ser celebrado y disfrutado.
¡Gracias por ser parte de nuestra comunidad y por permitirnos ser parte de tu viaje!
Hasta la próxima.
Karil Taveras Caputo
CEL de ideox
Karil Taveras Caputo es mercadóloga de profesión, máster en marketing estratégico, magister en administración de empresas, experta en transformación digital / cultural, constructora de marcas y cirujana empresarial. Es Chief Executive Leader de ideox, firma boutique liderada por consultores expertos en redimensionar el mercado de las empresas a través de la transformación de modelos de negocios. Sus propuestas hacen énfasis en la comunicación y el marketing estratégico.